"La paciencia no es la espera pasiva. Es la aceptación activa del proceso necesario para obtener tus metas y sueños" – Ray A. Davis
Vale la pena que hablemos de este tema no sólo porque la paciencia se trata de una habilidad que te servirá para tu vida personal y profesional sino también como lo dice esta frase, obtener tus metas y sueños en el aspecto financiero. Mucho de nosotros hemos caído en la tentación de la inmediatez, queremos que todo sea ya, y la realidad es que las cosas no funcionan de esa manera.
Por ejemplo, una inversión, dependiendo del tipo, requiere tiempo para ser productiva. Existen tipos de inversión de alto riesgo que pueden ser de alta productividad en el corto plazo, pueden ganar rápido pero también pueden perder rápido, afectando no sólo los intereses sino también el capital. Un tipo de inversión de menor riesgo, más estable y de más largo plazo, puede que gane menos pero no afectará el capital. Por supuesto que tu elección dependerá del perfil de inversionista que tengas, pero lo que te quiero explicar es que toda inversión requiere de tiempo para obtener resultados más sólidos.
Las cosas que valen la pena en la vida toman tiempo y esfuerzo. Sé constante, sé paciente, haz tu plan de negocio y enfócate en él, haz que crezca pero con paciencia y dedicación. Te puedo contar muchos ejemplos de personas que han querido obtener recompensas rápidas y al final fracasaron por su impaciencia.
También he encontrado personas que comenzaron a ahorrar y en cuanto empiezan a ver un poco de crecimiento en sus inversiones, ya están pensando en cómo lo van a gastar. No está mal si es parte de tus objetivos prioritarios, pero recuerda que el capital es celoso y requiere de reinversión. El tener la capacidad de decir “en este momento no, prefiero esperar para después” te puede traer grandes beneficios para un futuro financiero más productivo.
Pareciera que hemos sido programados para vivir a un ritmo frenético, sin embargo aunque queramos ir más deprisa, todo tiene su ritmo y, por ello, solemos vivir frustrados y sufriendo por lo que aún no hemos conseguido, en vez de disfrutar de lo que sí está a nuestro alcance.
No sabemos esperar, nos han enseñado a correr, a vivir con estrés y con los plazos de fechas límites en nuestros talones. Por eso, no tenemos tiempo para esperar a meditar una decisión, a analizar las mejores opciones que nos pueden dar mejores resultados, queremos que todo sea rápido, aunque eso signifique perder una gran oportunidad para nuestra vida o equivocarnos.
Te invito a reflexionar sobre qué tanto estás dispuesto a aprender a esperar y a postergar la gratificación inmediata en pro de un mayor beneficio y una vida financiera sana.
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